El cosmos espiritual de la tardía Antigüedad está lleno de ellos; hay sibilas, espíritus protectores, demonios, salvadores sobrehumanos y seres maléficos. Por todas partes, en las artes y en la numismática imperial, en las visiones de los monjes y en la poesía pagana, se nos aparecen esas figuras. A veces creemos respirar en un mundo alucinado, delirante. En todo ese tiempo, las visiones y los sueños tienen enorme poder sobre los hombres. El paganismo racionalista niega el mundo de los dioses antiguos, pero éste resurge en los sueños. En un diálogo sobre la religión, escrito a fines del siglo II o en el siglo III, un representante del paganismo confiesa a un cristiano: «En sueños vemos, oímos, reconocemos a dioses que durante el día negamos, rechazamos y ofendemos con perjurios» (Minucio Félix, Octauius, cap. VII, 6).
Curtius,Ernst R. Literatura europea y Edad Media Latina. FCE, 1954 (1948). T. M. Frenk y A. Alatorre.154-155.