Archive for ‘Imágenes poéticas’

13 May, 2024

Greguerías que se quedaron atrapadas en la Era del Jazz


(Ramón Gómez de la Serna, con una obra del mexicano Ernesto «El Chango» Cabral)

El agua de Colonia es el whisky para la ropa.

Cuando baja una mujer por una escalera de caracol parece haber sido despedida del Paraíso.

El gesto de sacarse el pañuelo del faldón del frac es un gesto indecente e ignominioso.

Cuando el cisne sumerge en el agua cabeza y cuello, es como la mano de un brazo femenino que busca en el fondo del baño una sortija.

La mujer que se muestra insinuante con el hombre mientras fuma engaña al cigarrillo con el hombre y al hombre con el cigarrillo.

11 abril, 2024

«Norma de amor te di, hombre de Apolo»


Vuelvo a Poeta en Nueva York, lo recorro otra vez página por página, poema a poema, y a los pocos pasos la selva urbana ¿surrealista? desemboca en un claro. El epígrafe de Jorge Guillén («Sí, tu niñez: ya fábula de fuentes») nos advierte ya que hemos llegado a otro espacio. Una suave corriente de endecasílabos serena y llena de otra luz el aire, no usada en el resto del libro. Las imágenes lorquianas, sin perder su visionaria terribilidad, se adaptan a esa atmósfera. Pasada la época de la fascinación gongorina, las resonancias áureas vuelven:

Norma de amor te di, hombre de Apolo,
llanto con ruiseñor enajenado,
pero, pasto de ruinas, te afilabas
para los breves sueños indecisos.

Frente al «ruiseñor enajenado», frente a esas ruinas que pastan como incendio o como ganado mítico, «norma de amor te di, hombre de Apolo». El amor como una norma o como algo que se realiza, que se hace real y concreto por medio de una norma. Frente a la violenta concepción romántica del amor, frente al sangrante patetismo trágico de tanto amor lorquiano, el poeta ahora nos da otro amor.
La resonancia de la poesía áurea no se halla tanto en el ritmo endecasílabo o en la mención de Apolo, sino en ese amor que da normas. Es el amor platónico, neoplatónico, neopitagórico, del Renacimiento y del Barroco también, pese a las contorsiones de éste. El amor como fuente no de desorden y turbulencia, sino de armonía, de concordia. El amor, sí, que «mueve al Sol y las demás estrellas», pero no cristianamente, como en Dante, sino como el Eros del paganismo tardío, sabio y filosófico.
Pero en Lorca eso no puede durar. Sediento de sacrificio y de sangre (al amor de Lorca, mejor que el arco y las flechas, le va el técpatl), el Duende lo hace volver a la locura, a enajenar al ruiseñor, a la urbe cuyo incendio y cuyas ruinas son lo mismo. Y luego, en el cuarto de esos versos, otra vez la delicadeza, o mejor dicho una delicadeza otra, distinta: esos «breves sueños indecisos» que no nos permiten ver lo soñado por ellos. No ya los demonios desnudos de la poesía visionaria del siglo XX (surrealista o no), sino un frágil langor, un entresueño de nocturno romántico —la «luz no usada» de Francisco Salinas y de Fray Luis cede el paso a la noche de Chopin, a sus claros y suspiros.

22 noviembre, 2023

«En la noche de la materia»


En el fondo de la materia crece una vegetación oscura; en la noche de la materia florecen flores negras. Ya traen su terciopelo y la fórmula de su perfume.

Gastón Bachelard, El agua y los sueños. Trad. Ida Vitale.

22 noviembre, 2023

«Yo, límite desnudo»


… … …
¡Yo, límite desnudo,
he de ceñirlo todo
hasta dejarlo inmóvil
en el eterno cáliz
de la perfecta rosa!

Ernestina de Champourcin (de «Mirada en libertad», en La voz en el viento, 1928-1931)

22 noviembre, 2023

«El rumbo de mi frente»


No podrás alcanzarme.
¡Si yo misma perdí
el rumbo de mi frente
y un abismo de luz
le impide ya el retorno!
… … …

Ernestina de Champourcin (de «Cumbre», en La voz en el viento, 1928-1931).

12 enero, 2020

«Como el agua que nace…»


Como el agua que nace soy de limpia.

F. García Lorca, Mariana Pineda, I, ix

22 noviembre, 2018

El cómputo de la eternidad


…El tapiz de una araña abismada en el cómputo de la eternidad.

José Antonio Ramos Sucre: «Penitencial», El cielo de esmalte, 1929.

14 febrero, 2017

«Las aves querenciosas del abismo» (Ramos Sucre)


… Pero las aves querenciosas del abismo escapan siempre de su atención y huyen a disiparse en la inmensidad.

José Antonio Ramos Sucre, «Las aves de la visionaria», La torre de Timón, 1925.

9 octubre, 2016

Algunas greguerías


Humor

La espina dorsal es el bastón que nos tragamos al nacer.

Amor

Cuando la mujer pide ensalada de fruta para dos, perfecciona el pecado original.

Intuiciones

El único fruto pasional que se entreabre ansioso de ver la vida es la granada.

La golondrina llega de tan lejos porque es flecha y arco al mismo tiempo.
En Persia, la luna siempre es luna llena.
Cuando una mujer chupa un pétalo de rosa se da un beso a sí misma.
En el desengaño, hasta las luces de las estrellas hieren el corazón.
Los ojos de los muertos miran las nubes que no volverán.

La muerte

El sueño es un pequeño adelanto que nos hace la muerte para que nos sea más fácil pasar la vida.
Cuando recogemos el guante caído, damos la mano a la muerte.
No os sintáis confiados entre las flores, porque con las flores se hacen las coronas.
La calavera es un reloj muerto.

La identidad personal

Los árboles sólo saben que existen gracias a su sombra.
Nuestra verdadera y única propiedad son los huesos.
La lluvia es triste porque nos recuerda cuando fuimos peces.
Lo terrible es cuando el alma se pone a hablar con el corazón en el fondo tenebroso del pecho.

Las palabras y las cosas

El lunar es el punto final del poema de la belleza.
La palabra más vieja es la palabra «vetusta».

Arte y poesía

El poeta puede decir: «El pájaro que canta quisiera saber de quién es el cielo».

El poeta se alimenta con galletas de luna.

La alcachofa es un alimento para ebanistas, carpinteros y tallistas.

 Mitologías

Las tijeras que se caen cortan el rabo al diablo.
Hay cojos con pierna de palo que reflorecen cuando viene la primavera y se vuelven sátiros.
El ciervo es el hijo del rayo y del árbol.
Cuando al ciervo le salgan rosas en el rosal de sus cuernos es que habrá llegado el día de la resurrección de la carne.
La leche siempre es joven.

De:  Ramón Gómez de la Serna, Greguerías. Ed. Rodolfo Cardona. Madrid: Cátedra, 2001 (Letras Hispánicas 108).

21 febrero, 2015

¿Valéry en Cioran?


Cuando el aire suspende su calma y la inmovilidad meridiana alisa las olas en medio de un fulgor abstracto, entonces sé lo que es el Mediterráneo: lo real puro.

E. M. Cioran, Breviario de los vencidos. T. del rumano de Joaquín Garrigós. Tusquets (Fábula 296).