Archive for May, 2012

17 May, 2012

Para qué sirve leer las novelas de Carlos Fuentes


Por lo general, para la cultura prefiero los libros y el internet, y para el entretenimiento, la televisión (y el internet). Anoche sintonicé por un instante el canal 22 de la televisión pública mexicana, en el que creo que todas las transmisiones eran de homenaje a Carlos Fuentes. En ese momento, había una entrevista con él. Le preguntaron: «¿Para qué sirve escribir?». Y respondió: «Para nada» (creo que añadió: «Absolutamente para nada»).

Gran error. Si en medio de tantos males sin nombre, en algunos aspectos ha mejorado la sociedad mexicana, ello se ha debido en parte a la crítica persistente de algunos grandes narradores que, con el lenguaje propio del siglo XX, han proseguido la labor del realismo decimonónico. La muerte de Artemio Cruz y La región más transparente del aire desnudaron hace décadas las traiciones contra la Revolución Mexicana llevadas a cabo por el propio régimen revolucionario, cuando éste era más fuerte que nunca. Y en los años 80, Cristóbal Nonato mostraba, en su espejo humeante, en su ave con cabeza de espejo, el proceso de disgregación del México del siglo XXI (aunque la novela transcurra en 1992).

Ni los mejores escritores tienen siempre la razón. Ya ven la enorme utilidad de las novelas. Por otro lado, mucho de lo que se publica sobre los autores cuando mueren resulta por lo menos prescindible. Ni modo, corrí el riesgo.

15 May, 2012

Tropos en el primer párrafo de Cien años de soledad


Me limito a señalar que, para este fragmento de Cien años de soledad, un acercamiento simbólico sería más acertado que el meramente retórico. Pero como nuestro tema son las figuras…

Cita

¿Qué tropo es?

¿Cómo trabaja?

Piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos…

Símil

Lo blanco alude a la pureza de lo originario: los huevos que además son prehistóricos.

El mundo era tan reciente…

Metáfora

Se traslada a la totalidad del mundo la frescura de una gente joven (los fundadores de Macondo) en un país joven (por los tiempos de la Independencia latinoamericana).

…que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que nombrarlas con el dedo.

Hipérbole

¿Cómo? ¿Hipérboles en García Márquez?

Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión

Metáforas

Se alude tanto a la apariencia “salvaje” (montaraz) de Melquíades, como a su espíritu conocedor de las entrañas de la Naturaleza; y a la finura de sus habilidades tanto manuales como intelectuales, finura semejante a un gorrión, es decir, a un ser viviente al mismo tiempo “alado y ligero”.

Fue de casa en casa…

Sinécdoque

No pertenece al registro literario, sino al coloquial. Melquíades recorrió toda la aldea, pero el autor prefiere mencionar los elementos que la componen, las casas. Tenemos entonces una sinécdoque de parte por el todo.

Lingotes metálicos

Perífrasis

Remplaza el sustantivo imán (o magneto) por una frase que lo define.

Todo el mundo se espantó…

Sinécdoque e hipérbole

Aquí tenemos una sinécdoque que menciona al todo (el mundo) en vez de la parte (la gente de Macondo).

Los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes

Sinécdoque

Parte (ciertas herramientas) por el todo (la totalidad de los instrumentos metálicos).

La desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse…

Prosopopeya o personificación

Muy atinada, ya que los clavos muchas veces son empleados como tropos (desgastados) para hablar de la desesperación de los seres humanos.

Los fierros mágicos

Perífrasis

El magnetismo, en este contexto, es una fuerza misteriosa, mágica.

Era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra.

Metáfora

En sí mismo, desentrañar es una metáfora lexicalizada. García Márquez le devuelve la vida al cambiar su contexto: de las operaciones intelectuales (descifrar un texto, resolver un enigma) a las materiales.

Cita

¿Qué tropo es?

¿Cómo trabaja?

Piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos…

Símil

Lo blanco alude a la pureza de lo originario: los huevos que además son prehistóricos.

El mundo era tan reciente…

Metáfora

Se traslada a la totalidad del mundo la frescura de una gente joven (los fundadores de Macondo) en un país joven (por los tiempos de la Independencia latinoamericana).

…que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que nombrarlas con el dedo.

Hipérbole

¿Cómo? ¿Hipérboles en García Márquez?

Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión

Metáforas

Se alude tanto a la apariencia “salvaje” (montaraz) de Melquíades, como a su espíritu conocedor de las entrañas de la Naturaleza; y a la finura de sus habilidades tanto manuales como intelectuales, finura semejante a un gorrión, es decir, a un ser viviente al mismo tiempo “alado y ligero”.

Fue de casa en casa…

Sinécdoque

No pertenece al registro literario, sino al coloquial. Melquíades recorrió toda la aldea, pero el autor prefiere mencionar los elementos que la componen, las casas. Tenemos entonces una sinécdoque de parte por el todo.

Lingotes metálicos

Perífrasis

Remplaza el sustantivo imán (o magneto) por una frase que lo define.

Todo el mundo se espantó…

Sinécdoque e hipérbole

Aquí tenemos una sinécdoque que menciona al todo (el mundo) en vez de la parte (la gente de Macondo).

Los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes

Sinécdoque

Parte (ciertas herramientas) por el todo (la totalidad de los instrumentos metálicos).

La desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse…

Prosopopeya o personificación

Muy atinada, ya que los clavos muchas veces son empleados como tropos (desgastados) para hablar de la desesperación de los seres humanos.

Los fierros mágicos

Perífrasis

El magnetismo, en este contexto, es una fuerza misteriosa, mágica.

Era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra.

Metáfora

En sí mismo, desentrañar es una metáfora lexicalizada. García Márquez le devuelve la vida al cambiar su contexto: de las operaciones intelectuales (descifrar un texto, resolver un enigma) a las materiales.

14 May, 2012

Figuras de pensamiento en «Sobre Chesterton», de Jorge Luis Borges


Sólo algunos ejemplos.

Antítesis

Esenciales y abundantes en este ensayo. Presentaré las tres más importantes y una más.

Referencia Observaciones
Chesterton frente a Kafka y Poe.

Todo el ensayo se organiza con base en esta antítesis, la cual se resume al coemnzar el penúltimo párrafo: Chesterton se defendió de ser Edgar Allan Poe o Franz Kafka

“Ante la ley”, de Kafka, frente al apólogo de Bunyan.

Casi todo el último párrafo. Apoyo para enunciar la conclusión del autor.

Chesterton dedicó su vida a escribir la segunda de las parábolas, pero algo en él propendió siempre a escribir la primera.

Constituye, de hecho, la conclusión del texto.

En este país, los católicos exaltan a Chesterton, los librepensadores lo niegan.

El autor enuncia esta oposición para, acto seguido, argumentar que Chesterton es un autor demasiado complejo para quedar atrapado en ella. También, Borges se mostrará como un autor situado por encima de tan rudimentarios conflictos.

Definiciones que también constituyen sentencias

Borges tiene un estilo en extremo sentencioso; por otro lado, las definiciones –abundantes en alguien que tanto descree de nuestra capacidad para entender la esencia de las cosas— con frecuencia le sirven para desdeñar, con brevedad y eficacia, bien a lo definido, bien a quienes sostienen ideas opuestas a él (no olvidemos que escribió un “Arte de injuriar”).

Cita Observaciones

Un credo es el último término de una serie de procesos mentales y emocionales y que un hombre es toda la serie.

Una sentencia con dos definiciones: la de los credos y la del ser humano.

La fe católica, o sea un conjunto de imaginaciones hebreas supeditadas a Platón y a Aristóteles.

No hace falta ser un apologista de la Iglesia para darse cuenta de la tremenda simplificación que Borges lleva a cabo. El sustantivo imaginaciones y el verbo supeditar concentran toda la hostilidad que Borges muestra aquí hacia el catolicismo.

Otras figuras de pensamiento

Figura Cita Observaciones
Hipérbole

Chesterton pensó, como Whitman, que el mero hecho de ser es tan prodigioso que ninguna desventura debe eximirnos de una suerte de cósmica gratitud.

Expresar esa “cósmica gratitud” es una constante de Borges; basta recordar su “Poema de los dones”. Pero no debemos engañarnos: también ha manifestado con frecuencia una especie de de “cósmico pesimismo”, por ejemplo en el ensayo “La duración del Infierno”, de Discusión.

Expolición

Algo en el barro de su yo propendía a la pesadilla, algo secreto, y ciego y central.

En el barro de su yo y secreto, y ciego y central, desde el punto de vista meramente referencial, remiten a la misma tendencia profunda que Borges atribuye a Chesterton, pero cada uno de estos sintagmas ofrece un aspecto distinto del mismo referente. A la vez, la aparente o relativa redundancia sirve para dar un cierto patetismo al retrato del escritor inglés.

(Borges desdeña el patetismo explícito, y sin embargo prodiga personajes y situaciones conmovedoras, donde la intensidad se expresa de manera oblicua. Su conferencia “La Divina Comedia”, de Siete noches, podría ser, en este aspecto, una revelación indirecta de sus preferencias retóricas).

Comparación o símil

Su caso es parecido al de Kipling, a quien siempre lo juzgan en función del Imperio Británico.

Kipling es otro de los autores favoritos de Borges.
8 May, 2012

Algunas figuras de dicción


Fuente principal: Pujante, David: Manual de retórica, Madrid: Castalia, 2003.

El esquema original abarca mucho más; yo me limité a tratar de elegir las figuras que los lectores solemos encontrar con más frecuencia. Como sea, considero que su sistema es mucho más satisfactorio que el de la Retórica general del Grupo Μ.

  • POR ADICIÓN
    • REPETICIÓN DE UNA PALABRA
      • REPETICIÓN ESTRICTA
        Geminación: «Amor, amor, un hábito vestí» (Garcilaso).
        Anadiplosis: Coinciden final y principio de un grupo sintáctico o métrico: «a mi ninfa dile, dile que muero» (Villegas).
        Redición: una misma expresión se repite distribuida a lo largo de unos versos, un párrafo, etc.: «todas las estrellas, todas / las esquilas, las estrellas, / todas las estrellas, todas / las campanas; las esencias» (JRJ).
        Anáfora: Repetición al comienzo de una serie: «en pájaro o fuente, / en árbol o en roca» (Rosalía de Castro: «Por las orillas del Sar»).
      • REPETICIÓN RELAJADA
        Paronomasia: Acercar palabras de sonido semejante:
        y mi voz que madura
        y mi voz quemadura
        y mi bosque madura
        y mi voz quema dura (Xavier Villaurrutia: «Nocturno en que nada se oye»)Sinonimia: «Corre, acude, vuela» (Fray Luis: «Profecía del Tajo)
    • ACUMULACIÓN DE GRUPOS
      • ACUMULACIÓN COORDINANTE
        Enumeración:
        Con la punta de tus dedos
        pulsas el mundo, le arrancas
        auroras, triunfos, colores,
        alegrías: es tu música. (Pedro Salinas, de La voz a ti debida)Paralelismo: series que se asemejan por la estructura y el significado:
        Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
        Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
        Con la eterna primavera de la vida que se apaga
        Y la perenne frescura de los campos y las almas,
        Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
        (Rosalía de Castro: «Dicen que no hablan las plantas…»).

        Distribución: Se dice algo de cada uno de los términos enumerados, que se suceden a distancia:
        Dadme un espeso corazón de barro,
        dadme unos ojos de diamante enjuto,
        boca de amianto, congeladas venas,
        duras espaldas que acaricie el aire.
        (Ángela Figuera Aymerich, «Belleza cruel»)

      • EPÍTETO
        El tipo más conocido de acumulación subordinante: «Remedios, la Bella».
      • POLISÍNDETON
        Coordinación con valor retórico:
        Ni nardos ni caracolas
        tienen el cutis tan fino,
        ni los cristales con luna
        relumbran con ese brillo
        (García Lorca, «Romance de la casada infiel»)
  • POR DETRACCIÓN
    • ELIPSIS
      Gracián: «Lo bueno, si [ es] breve, [ es] dos veces bueno».
    • ASÍNDETON
      Enumeración en la que se omiten coordinaciones: el famoso mensaje de Julio César, «Vine, vi, vencí».
  • POR ORDEN
    • HIPÉRBATON
      Como el toro he nacido para el luto
      y el dolor, como el toro estoy marcado
      por un hierro infernal en el costado
      (Miguel Hernández)
    • ISOCOLON
      Paralelismo en la prosa:
      “Todas las cosas quieren persistir en su ser”, ha escrito Baruch Spinoza; quizá el Emperador y sus magos creyeron que la inmortalidad es intrínseca y que la corrupción no puede entrar en un orbe cerrado. Quizá el Emperador quiso recrear el principio del tiempo y se llamó Primero, para ser realmente primero, y se llamó Huang Ti, para ser de algún modo Huang Ti, el legendario emperador que inventó la escritura y la brújula. (Borges, Otras inquisiciones).
6 May, 2012

Unamuno, Galdós y la España de la Restauración


Mirador Balcón de Unamuno, Artenara

Mirador Balcón de Unamuno, Artenara (Photo credit: Wikipedia)

¿Por qué publico estos extractos? No para entender mejor a Galdós (no ayudan mucho, desde mi punto de vista), ni porque sean de lo mejor de Don Miguel (no es el Unamuno más perspicaz ni el más comprensivo, en cuanto a literatura se refiere, el que se muestra aquí).; sino porque son grandemente expresivos del hastío y la exasperación de los jóvenes (de los mejores jóvenes) del 1890-1910 español. Se comprende que, percibiendo de esta manera su mundo, ellos eligieran el quijotismo de Unamuno o el decadentismo de Manuel Machado, la bomba anarquista o el huevo de la serpiente prefascista. Cualquier semejanza con otras épocas u otros países…

Fuente: Unamuno, Miguel de. Libros y autores españoles contemporáneos. 1972: Madrid, 1972 (Austral 1513).

• Los personajes de Galdós, como sus modelos reales, son muy pobres de doctrina. Viven al día. Y la de él, la de Galdós, se reducía acaso al progresismo generoso y romántico, pero cándido de sobra, sencillo, de la Setembrina, de la Revolución española de 1868 (175).
• El mundo social que en sus obras nos deja eternizado es el de la Restauración y la Regencia, un mundo de una pobreza intelectual y moral que pone espanto (175).
• En la obra de Galdós, como un espejo fidelísimo, se retrata la pavorosa oquedad de espíritu de nuestra mal llamada clase media, que ni es media ni es apenas clase (175-176).
• Apenas hay en la obra novelesca y dramática de Galdós una robusta y dramática personalidad individual, uno de esos héroes que luchan contra el trágico destino y se crean un mundo para sí, para sí mismos, un Hamlet, un Segismundo, un Don Quijote (…). Es que Galdós no les encontró en el mundo en que el destino les hizo vivir (176).
• Cuando, pasado el tiempo, se lea, dentro de unos años, o aun siglos, la obra de Galdós, para hacer en ella la España de la Restauración (…), sentiráse toda la inmensa desolación de una muchedumbre amorfa y amodorrada de hombres y mujeres anémicos, sin fe ni esperanza, de un pueblo que soñaba en el puchero y la cama, diciendo: «Se vive» (176-177). [En México diríamos: «-¿Y cómo estás? -Pues… a’i la llevo»].
• El mundo, que pasando por el alma de Galdós nops ha quedado para siempre en su obra de arte, es un mundo sin pasiones ni acciones, que se deja vivir, pero no hace la vida (177).

• Las figuras que Galdós ha hecho pasar por su retablo de Maese Pedro rara vez parecen tener libre albedrío; se dejan vivir más que hacen su vida. La rutina cotidiana es un motivo de acción. Y cuando quieren ser rebeldes no pueden, a pesar de todos sus esfuerzos, rebelarse. Alargan unas existencias lánguidas. Casi nunca surge allí o un energúmeno o un desesperado. En el fondo todos, hasta los que parecen rebelarse, se resignan y aun se conforman (180).

• No, no quiero ponerme a leer esas obras que son el espejo fidelísimo de una sociedad cuyo peso muerto siento sobre mi corazón. Prefiero, de releer a Galdós, releer sus primeras novelas, las del romanticismo de 1868, las de la Setembrina, aquellas en que se idealiza a España. Los personajes de Doña Perfecta son aún algo que nos llega al corazón; los de sus últimas novelas, no. Y es que había dado en ser realista, y la realidad que tenía delante era una muy triste realidad, una realidad anémica y fofa (185).
• De sus obras sube un vaho que a muchos, a mí entre ellos, nos atufa de pesimismo. Y es que nos parece un mundo de sueños y aun de modorra (185).