Archive for junio, 2015

19 junio, 2015

Hedy Lamarr: Mickey Rooney, dos pianos y 30 cerdos


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Hedy Lamarr en Dishonored lady, 1947, de Robert Stevenson.

Me sentía insegura y me situaba a la defensiva en la peculiar sociedad donde Burns y Allen ganaban nueve mil dólares semanales en su espectáculo de la radio; donde la gente andaba siempre con una coca cola de cinco centavos en la mano; donde Randolph Hearst, el editor más influyente del país, había decretado que ningún empleado se atreviera a nombrar la muerte en su presencia; donde mi colega más valioso y más caro era un adolescente de 19 años llamado Mickey Rooney (quien poseía un rancho, un caballo de carreras, una orquesta de jazz, dos perros, tres automóviles, dos apartamentos, una casa, un equipo de fútbol, dos pianos y 30 cerdos); donde el libro más vendido se titulaba Cómo leer un libro (de Mortimer Adler). ¡Cómo queréis que no me confundiera en tierra tan extraña!

Hedy Lamarr (nacida como Hedwig Eva Maria Kiesler en Viena, 1914). Éxtasis y yo, México: Grijalbo, 1968. T. Óscar L. Molina (Ecstasy and me, 1966).

Lo que más me atrajo en este fragmento: la irónica y fina captación de lo americano, tal y como era percibido por los europeos y latinoamericanos antes de 1945.

También, lo lejos que estamos de esa época, lo mucho que en todo el mundo nos hemos americanizado desde entonces. Millonarias estrellas adolescentes, coca cola por todos lados, necesidad de que nos enseñen “cómo leer un libro”…

Asimismo, el que, todavía en 1966, un traductor mexicano usara el vosotros en la lengua escrita (¿o sería quizá un español transterrado?).

Y por último, el brillante uso de la enumeración por esta ―sí, también― escritora, a la que admiro cada vez más.

17 junio, 2015

Cioran: «Desde que la utilidad apareció en el mundo…»


¿Luce el Sol para calentarnos? ¿Nos cubre la noche para que nosotros nos cubramos de sueño? Desde que la utilidad apareció en el mundo, éste ya no es.

E. M. Cioran, Breviario de los vencidos. T. Joaquín Garrigós.

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16 junio, 2015

Jean Lorrain (1856-1906)


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Drian: ilustración para Monsieur de Bougrellon, 1927

Y las noches que dedicaba a recorrer los salones, se empolvaba los bigotes, que eran rubios y hermosos, con una extraña mezcla de polvos azules y de oro. De lejos, se hubiera jurado que era un escarabajo, un escarabajo de Egipto posado sobre una rosa encarnada, pues hasta el último momento de su vida tuvo los labios rojos, tanto, que parecían pintados con sangre de corazones.

Jean Lorrain, Tríptico. T. Carlos de Batlle. París: Ollendorf, s/a. Del remate de la biblioteca ¡de una escuela secundaria privada!

9 junio, 2015

Luis Carrillo y Sotomayor (1586-1610): A los despojos del rayo de Júpiter


La caída de los Titanes, 1637 Peter Paul Rubens

Peter Paul Rubens: La caída de los Titanes, 1637

Viste de ejemplo el tronco y de fiereza
éste que ves, centímano arrogante;
aun muerto, dura en el feroz semblante
el ánimo que opuso a tanta alteza.

Parias en humildad da a la grandeza
del siempre vencedor Altitonante;
y así el árbol, humilde, el arrogante
rostro humilla, humillando su cabeza.

Señales mira en él del rayo ardiente
de Júpiter; respeta los despojos,
oh tú, que admiras, triste, esta memoria.

Frescas aún viven en la altiva frente;
toma en ella consejo, abre los ojos,
y vete, que harto debes a su historia.

Notas
Centímanos: Gigantes de cien brazos.
El Altitonante: Júpiter (el que lanza truenos desde lo alto).
Parias: Tributo que pagaba un príncipe a otro en reconocimiento de superioridad (RAE).

8 junio, 2015

Cioran: el mundo como deseo y como representación


Toda la naturaleza es un embeleco decorativo de nuestra música interior.

Cioran: Breviario de los vencidos. T. J. Garrigós.

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6 junio, 2015

Bibliografía para Literatura Española del Siglo XX


Abellán, José Luis et al. 98: Derrota pírrica. FCE-Instituto Panamericano de Historia. Ed. Leopoldo Zea y María Teresa Miaja. México: 2000.

Aguirre, J. M. Antonio Machado: poeta simbolista. Madrid: Taurus, 1973.

Ayala, Francisco. El escritor en su siglo. Madrid: Alianza, 1990 (AT 252).

Benko, Susana. Vicente Huidobro y el cubismo. Caracas: Monte Ávila, Banco Provincial y FCE, 1993 (Tierra Firme).

Blanch, Antonio. La poesía pura española. Gredos, BRH, Est. y Ensayos, 250, 354p., 1976.

Blanco Aguinaga, Carlos, Juventud del 98, Madrid: Taurus, 1998.

Bousoño, Carlos. Teoría de la expresión literaria. Madrid: Gredos, 1966 (Estudios y Ensayos 2).

Cano Ballesta, Juan: La poesía española entre pureza y revolución (1930-1936), Madrid: Gredos, 1972.

Cardona, Rodolfo. Introd. a Gómez de la Serna, Ramón. Greguerías. Madrid: Cátedra, 2001.

Cohen, J.M. Poesía de nuestro tiempo. México: FCE, 1977. 435 pp.

García Lorca, Federico. Prosa. Madrid: Alianza Editorial, 1969. 201 pp.

Gullón, Ricardo. Direcciones del modernismo. Madrid: Alianza, 1990.

Hamburger, Michael. La verdad de la poesía. FCE, Lengua y Estudios Literarios, Méx., 1991, 345p.

Hobsbawm, Eric: La era del imperio. 1875-1914, Planeta, 2015, The Age of Empire, 1987. T. Juan Falci Lacasta (1998).

Levine, Linda Gould. Juan Goytisolo: La destrucción creadora. México:J. Mortiz, 1976.

Litvak, Lily, España, 1900: modernismo, anarquismo y fin de siglo. Barcelona: Anthropos, 1990.

Malpartida, Juan. La perfección indefensa. Ensayos sobre literaturas hispánicas del s. XX. México: FCE, 1998 (Tierra Firme).

Paz, Octavio. Los hijos del limo. Diversas ediciones; por ejemplo, en las Obras completas del FCE.

Poggioli, Renato: Teoría del arte de vanguardia, UNAM, Insttituto de Investigaciones Filológicas, 2011, Pról. Rodolfo Mata. T. Rosa Chacel- Ed. original 1962.

Reyes, Alfonso. Tertulia de Madrid, Espasa-Calpe Argentina, 1950, 1a. ed. 1949, Bs. As. (Por supuesto, es más fácil hallarlo en sus Obras completas publicadas por el FCE).

Umbral, Francisco. Memorias de un niño de derechas, Barcelona: Destino, 1972 (Áncora y Delfín 392).

Unamuno, Miguel de. En torno al casticismo. Madrid: Alianza, 1986 (El Libro de Bolsillo).

Valente, José Ángel. Las palabras de la tribu. Barcelona: Tusquets, 1994 (Marginales 132).

Valéry, Paul. Teoría poética y estética. Tr. de Carmen Santos. Visor, Madrid, 1990.

Vilar, Sergio. Franquismo y antifranquismo. Barcelona: Orbis, 1986.

Zambrano, María. Pensamiento y poesía en la vida española. México: El Colegio de México, 1979.

4 junio, 2015

«Cuanto no puede ser…»


Cuanto no puede ser, casi siempre es un reproche a cuanto puede ser.

Antonio Porchia, Voces.

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4 junio, 2015

De A. Porchia


Un ala no es cielo ni tierra.

Antonio Porchia, Voces.

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3 junio, 2015

Un pasaje de Galdós que ojalá hubiera adaptado Buñuel


La moza tenía pañuelo azul claro por la cabeza y un mantón sobre los hombros, y en el momento de ver al Delfín, se infló con él, quiero decir, que hizo ese característico arqueo de brazos y alzamiento de hombros con que las madrileñas del pueblo se agasajan5 dentro del mantón, movimiento que les da cierta semejanza con una gallina que esponja su plumaje y se ahueca para volver luego a su volumen natural.
Juanito no pecaba de corto, y al ver a la chica y observar lo linda que era y lo bien calzada que estaba, diéronle ganas de tomarse confianzas con ella.
-¿Vive aquí -le preguntó- el Sr. de Estupiñá?
-¿D. Plácido?… en lo más último de arriba -contestó la joven, dando algunos pasos hacia fuera.
Y Juanito pensó: «Tú sales para que te vea el pie. Buena bota»… Pensando esto, advirtió que la muchacha sacaba del mantón una mano con mitón encarnado y que se la llevaba a la boca. La confianza se desbordaba del pecho del joven Santa Cruz, y no pudo menos de decir:
-¿Qué come usted, criatura?
-¿No lo ve usted? -replicó mostrándoselo- Un huevo.
-¡Un huevo crudo!
Con mucho donaire, la muchacha se llevó a la boca por segunda vez el huevo roto y se atizó otro sorbo.
-No sé cómo puede usted comer esas babas crudas -dijo Santa Cruz, no hallando mejor modo de trabar conversación.
-Mejor que guisadas. ¿Quiere usted? -replicó ella ofreciendo al Delfín lo que en el cascarón quedaba.
Por entre los dedos de la chica se escurrían aquellas babas gelatinosas y transparentes. Tuvo tentaciones Juanito de aceptar la oferta; pero no; le repugnaban los huevos crudos.
-No, gracias.
Ella entonces se lo acabó de sorber, y arrojó el cascarón, que fue a estrellarse contra la pared del tramo inferior.

Benito Pérez Galdós: Fortunata y Jacinta, 1a parte, III.